“Una y otra colaboraron en la misma obra providencial”

El paralelo establecido entre Catalina Labouré y Bernadita Soubirous por el cardenal Gerlier (1880-1965), arzobispo de Lyon, en la catedral de Nuestra Señora de París (Francia) en la noche del 3 de diciembre de 1933 es muy esclarecedor:

"Ambas —dijo— colaboraron en el mismo trabajo providencial: la definición del dogma de la Inmaculada Concepción, que es sin duda la fecha más importante en la historia de la Iglesia en el siglo XIX. Las apariciones en la calle del Bac, en París, la prepararon de manera singular; las apariciones de Massabielle en la gruta de Lourdes lo confirmaron con gran brillo.

La Virgen quiso que estas dos privilegiadas, que estas dos confidentes fueran parecidas. Son dos niñas modestas y humildes, dos almas puras y rectas, ambas incapaces de inventar un mensaje que no entienden. Eran dos instrumentos preciosos, pero en la sombra, de una obra sin embargo divina, que fue revelada a los ojos de los hombres por la increíble difusión de la Medalla Milagrosa, por la maravillosa propagación del culto de la Inmaculada Concepción”.

Fuente: La Santa de Reuilly, A. Lanquetin, pág. 136.