¡Qué cerca está de nosotros el cántico de María1! ¡Cómo nos toca íntimamente y qué bien sabe cómo “ir al grano”!
¿Cuál sería mi necedad y mi falta de autenticidad si todos los días, a la hora de las Vísperas, repitiera con María que Dios "derribó a los poderosos de su trono" y al mismo tiempo no dejara de codiciar el poder, un puesto más alto, una promoción humana, un ascenso profesional y que perdiera la paz si esto tardara en llegar; si todos los días, con María, proclamara que Dios "despide a los ricos con las manos vacías" y al mismo tiempo no dejara de enriquecerme y de tener siempre más y más cosas refinadas; si prefiriera tener mis manos vacías ante Dios antes que tenerlas vacías ante el mundo? ¡Vacías de los bienes de Dios en lugar de vacías de los bienes de este mundo!
Qué torpe sería si continuara repitiendo con María que Dios "prefiere a los humildes", que camina a su lado, mientras mantiene a distancia a los soberbios y a los ricos, y que luego fuera de los que hacen justo lo contrario.
1 Cántico del Magnificat
Padre Raniero Cantalamessa: “Meditación sobre la Visitación y el Magníficat”, 13 de diciembre de 2019 en el Vaticano.