En 2004, una pareja estadounidense voló a Medjugorje (Bosnia y Herzegovina) y allí se encontró con un joven sacerdote. Durante la conversación, este les mostró una foto suya y les dijo: “Este era yo en otro tiempo" (1992). Tenía anillos en las orejas y en la nariz, el cabello le llegaba a la cintura y sostenía una guitarra en la mano. Qué sorpresa la de la pareja al ver a un inadaptado transformado en un joven sacerdote con su alzacuellos.
“Tenía 20 años y una vida desordenada. El dolor que les causé a mis padres los había empujado a convertirse en católicos. Una tarde vi un libro sobre la mesa, La reina de la paz visita Medjugorje, del padre Pelletier. Una vez que lo abrí, no pude cerrarlo. Lo terminé de leer a las 3:00 a. m. Al día siguiente, le pregunté a mi madre dónde podía ver a un sacerdote católico, pero apenas podía pronunciar la palabra sacerdote. Estaba lleno de orgullo.
Asistí a mi primera Misa ese día, sentado al fondo de la iglesia. Cuando terminó la celebración, escuche al sacerdote que me decía: "Es Jesús el que está en el altar, ¿no es cierto?". ¡Era realmente Él! ¡En una noche, recibí toda mi formación católica mientras leía este libro! ¡Recibí todo los fundamentos de la fe!
Perdí a todos mis amigos cuando supieron que me estaba convirtiendo en católico. Inmediatamente escribí a todas las congregaciones de sacerdotes en la Iglesia. Elegí la que incluía dos veces el nombre de María: los marianistas de la Inmaculada Concepción. Al no haber terminado mis estudios de secundaria, ¡me obligaron a estudiar durante diez años para ser sacerdote!
Fui ordenado hace tres meses (2004). Actualmente tenemos 9 candidatos en formación en Stockbrige (Massachusetts, Estados Unidos), ¡y cada una de esas vocaciones nació en Medjugorje! María ha formado un ejército increíble de "pequeños" en todo el mundo. Por el momento, están ocultos. Un día Ella soltará su ejército y, ese día, ¡todas las victorias del enemigo se vendrán al suelo! ¡Será fabuloso! El ejército de María ya está aquí, ¡listo para actuar! "
Adaptado de un artículo de Christian Ravaz, periodista de la revista Chrétiens magazine, 15 de agosto de 2004, n° 171 bis.