Grande fue la alegría de los miembros de la Conferencia Episcopal Suiza, durante su asamblea general, entre el 8 y el 10 de junio de 2020, al reunirse nuevamente en persona y poder rezar juntos después de los últimos tres meses tan especiales debido al encierro obligado por el covid19. La asamblea de obispos tuvo lugar en la abadía de Einsiedeln, en el cantón de Schwyz.
¡Se decidió abrir la asamblea confiando Suiza a la generosidad de la Madre de Dios durante las vísperas del 8 de junio! San Juan Pablo II ya había dicho la siguiente oración, el 15 de junio de 1984, durante las laudes ante la estatua de la Virgen Negra de Einsiedeln:
"¡Te saludamos, Santa María, Nuestra Señora de Einsiedeln!... Te encomiendo hoy, Santa Madre de Dios, a este país, Suiza (...). Me uno a la multitud de peregrinos que te veneran y buscan refugio en ti, en este lugar y en otros santuarios. Los pongo a todos en las manos de ti, Madre, y bajo tu protección. También te confío a toda la Iglesia y a todos los hombres”.
El obispo Félix Gmür, presidente de la CES, renovó esta petición después de la bendición final de las vísperas y una procesión a la Capilla de las Gracias con las siguientes palabras: “¡Te saludamos, Santa María, Nuestra Señora de Einsiedeln! En ti, Dios nos ha ofrecido el rostro original de la Iglesia y de la verdadera humanidad. Te confiamos nuestro país, Suiza, y a todos los que aquí viven. ¡Ayúdanos a todos a seguir tu ejemplo y a llevar nuestras vidas totalmente a Dios! Estamos atravesando un período de inseguridad y miedo. Llévanos a ser cada vez más como Cristo siguiendo su ejemplo. ¡Haznos verdaderos hijos de Dios!”.
Adaptado de: Zenit