“Uno puede preguntarse por qué hay tantos santuarios en todo el mundo? ¿Por qué tanta devoción a Nuestra Señora? En verdad, desde el momento en que Ella perdió a Jesús, María adoptó, como Madre, a la Iglesia que emerge de la sangre de su Hijo, convirtiéndose en el primer miembro elegido.
Esto significa que, donde hay una comunidad de fe, como la primera comunidad de los Apóstoles, Nuestra Señora está allí. Ella encuentra un hogar donde vivir, así como una familia en la que vivir. Ello también explica por qué Nuestra Señora nunca nos dejó solos. Sus apariciones en Fátima, Lourdes y muchos otros santuarios, como Częstochowa y Zakopane, y también muchos otros dispersos en los diferentes continentes, dan testimonio de su presencia viva en medio de nosotros”.
Esto es lo que enfatizó el cardenal Fernando Filoni, prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, al celebrar la solemnidad de la Asunción de Nuestra Señora el 15 de agosto de 2019, en el Santuario Nacional de Nuestra Señora de Fátima, en Zakopane, una ciudad de 28,000 habitantes al sur de Polonia, en la región llamada "Pequeña Polonia".