¿Tiene la Madre de Jesús algo que decir ante la crisis que atraviesa actualmente la Iglesia?
María trae al Redentor Divino al mundo a través de un fiat obediente. Lo hace con una fe obediente (...). San Juan Pablo II confirmó que, antes del modelo petrino de la Iglesia, e incluso más allá, está el modelo mariano.
María fue superior a Pedro por el conocimiento del Evangelio, por la sabiduría con que lo vivió y por la pureza de su expresión vivida. (...) A pesar de su superioridad en relación con Pedro, en casi todas las medidas imaginables, María respondió a la función de autoridad de Pedro con el mismo fiat de obediencia. Porque María vio a Jesús en Pedro y así le dio continuamente al Vicario de su Hijo la obediencia que Ella le había dado a su Hijo (...).
A riesgo de parecer "acientífico" y "antipragmático", creo que la solución fundamental a la crisis actual es espiritual e interior. (...)
María nos ve a todos —obispos, sacerdotes, religiosos y laicos— como sus hijos con una necesidad profunda y permanente de conversión interior, la primera condición para que el Evangelio se viva exteriormente, en obediencia, castidad y alegría. Nuestra Señora, con solicitud materna, única y personal, nos anima a ser más generosos con nuestro tiempo en la Adoración Eucarística de su Hijo, en el rezo del Rosario, en la recepción de los sacramentos, en obedecer al Vicario de su Hijo y donde quiera que podamos hacer mejor "lo que Él les diga" (Jn 2: 5).
Encomendemos la necesidad de una purificación completa de la Iglesia a la Madre de la Iglesia, para que Ella pueda guiar al Vicario de Cristo y al Pueblo de Dios, unidos en obediencia a través de la purificación necesaria para encontrar valientemente la pureza, la obediencia y el amor que reflejan perfectamente el verdadero Cuerpo de Cristo.
Profesor Mark Miravalle: Director de Estudios de Mariología en la Universidad Franciscana de Steubenville (Ohio, Estados Unidos).