Oh Madre de Jesús y Madre mía, permíteme vivir contigo, apegándome a ti y amándote con un amor cada vez mayor. Prometo dispensarte el honor, el amor y la confianza de un niño. Dame la protección de una madre, pues necesito de tus cuidados. Tú conoces mejor que nadie los pensamientos y deseos del Sagrado Corazón. Mantén constantemente en mi mente los mismos pensamientos y deseos, para que mi corazón esté lleno de celo por los intereses del Sagrado Corazón de tu Divino Hijo. Lléname de un amor por todo lo que es noble, para que no me deslice tan fácilmente hacia el egoísmo.
Ayúdame, Madre querida, a adquirir las virtudes que Dios quiere ver en mí: olvidarme siempre de mí mismo, trabajar solo por Él, sin temer al sacrificio. Siempre confiaré en tu ayuda para ser lo que Jesús quiere que yo sea. ¡Yo soy suyo y soy tuyo, mi buena madre! Dame todos los días tu bendición santa y materna hasta mi última noche en la tierra, cuando tu Corazón Inmaculado me presente al corazón de Jesús en el Cielo, para amarte y bendecirte a ti, y a tu Divino Hijo, por toda eternidad.
Beato John Henry Newman (1)
(1) El Cardenal Newman fue un eminente sacerdote, teólogo y poeta anglicano, convertido al catolicismo en 1845. Fue beatificado por el papa Benedicto XVI en 2010. Un segundo milagro atribuido a su intercesión fue confirmado por el Vaticano y el papa Francisco aprobó la futura canonización del beato John Henry Newman para el 13 de febrero de 2019.