29 julio - 1456: El papa Calixto III ordena repicar el Ángelus a partir de ese día - Santa Marta

“¡Qué no puedo lograr si sé procurarme su ayuda!”

Toda la vida de Marta, sus actividades diarias en la granja están impregnadas de gracia mariana. Los siguientes pensamientos se encuentran en las notas escritas de su propia mano:

“Realmente amo poner ciegamente todas las cosas en las manos de esta tierna y querida Madre cuya protección es cada vez más sentida por su hija. Para no ver mi confianza superada por las bendiciones de la Santísima Virgen, debo esperar de Ella cosas ilimitadas (11/11/32, J.I. No. 3).

Me gustaría llegar, con la ayuda de la Santísima Virgen, a transformar mi vida natural en una vida totalmente sobrenatural y divina. Pero, ¿qué no puedo hacer si sé cómo hacer para que Ella me ayude y si le rezo con la confianza de una niña a la que Ella nunca descuida? ¡Oh Madre mía, reina sobre mi alma..., haz que Jesús reine en mí! (...) Pongo en tus benditas manos todas las acciones de mi vida para que sean presentadas a mi Rey y Señor Jesús. (03/04/30).

Oh María, oh mi dulce Madre, obtenme del cielo en este hermoso día, el abandono completo, el abandono perfecto, el abandono pleno de amor al Amor. Que por ti, contigo y en ti, Virgen pura: ame, adore, rece, expíe, ruegue y sufra con amor cada vez más grande. Que mi vida no sea más que un sí de amor... Que yo no sea nada más que un alma consagrada... a Jesús” (7/03/30).

Profundizando en esta actitud, Marta dirá: “Todo el programa de mi vida consiste en mantenerme unida a María, mi Madre, bajo la dependencia del Maestro Interior que me dirige, para dejarme invadir, devorar, consumir por Dios (...)” ( 05.11.32).

Notas tomadas del Taller del padre Dominique Bostyn sobre el tema “Marthe Robin et le Père de Montfort” (Martha Robin y el padre de Montfort), durante el Encuentro Internacional en Saint-Laurent-sur-Sèvre, 2004.

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