Rezar los misterios gozosos del Rosario puede ayudarnos a encontrar la paz inherente al espíritu de Navidad. Rezarlos puede ayudarnos a acoger la paz que Dios nos da a través de Jesús y a estar más en paz con quienes nos rodean.
En la encíclica Rosarium Virginis Mariae, san Juan Pablo II explica cómo el rezo del Rosario trae paz. El santo papa escribe:
"El Rosario es por naturaleza una oración por la paz, ya que consiste en la contemplación de Cristo, Príncipe de la Paz, que es nuestra paz (Efesios 2:14). Cualquiera que asimile el misterio de Cristo —y este es claramente el objetivo del Rosario—, aprende el secreto de la paz y lo convierte en su proyecto de vida.
Además, debido a su carácter meditativo, con la tranquila repetición del "Ave María", el Rosario tiene un efecto pacificador en aquellos que lo rezan, disponiéndoles a recibir y disfrutar en lo más profundo de su alma, para esparcir a su alrededor la paz verdadera que es el don especial del Señor resucitado (cf. Jn 14, 27; 20, 21)".