9 febrero – Italia: Nuestra Señora del Castillo (1558)

“¿Conoce la obra de María?”

Todo comenzó en 1943, en Trento, Italia, bajo los bombardeos. Durante las largas estadías en los refugios, algunas jóvenes de la Acción Católica comenzaron a leer el Evangelio juntas, para vivirlo, una vez terminada la alerta, al servicio de la miseria. El alma del grupo era una estudiante de filosofía de 23 años, Chiara Lubich.

Ella escribe: “Antes del colapso causado por el odio, El que no muere jamás, apareció en nuestro corazón de niñas... Decidimos amarnos para amarlo a él... Ser perfectamente ‘uno’ era el programa de nuestra vida. Sentíamos su presencia cada vez que triunfaba la unidad”.

Entonces el grupo decidió vivir en comunidad, en un hogar (focolare en italiano), para estar más disponible al amor de los demás. Pronto la gente se inquietó en una Italia fascista: ¿Qué eran estas "Focolarine" (habitantes del hogar)? ¿Comunistas? ¿Miembros de una secta protestante? (…) El obispo alertado quiso escucharlas... y las apoyó decididamente.

En 1948, un joven electricista fue a reparar la instalación de la casa. Se quedó muy impresionado por la atmósfera que ahí descubrió y deseó convertirse en "Focolarino". Otros dos chicos se unieron a él y en un viejo gallinero se instaló el primer hogar masculino.

El "foco" de Chiara Lubich se convirtió rápidamente en un lugar de reunión: religiosos, religiosas, sacerdotes, personas casadas, atraídos por esta espiritualidad del compartir, llegan a vivir en comunión alegrías y sufrimientos, así como los escasos recursos con que contaban durante el período de posguerra.

El movimiento se extendió, primero por los países de Europa y luego por los otros cuatro continentes. Bajo el nombre de “Obra de María”, en 1960, la Santa Sede reconoció a los "Focolari" como un movimiento de espiritualidad y fraternidad.

Recueil marial 1975

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