En 1920, el mismo año del nacimiento del futuro papa Juan Pablo II, el polaco Karol Wojtyla, el Ejército Rojo barrió la incipiente república polaca. Entre el 14 de agosto y el 20 de agosto de 1920, tuvo lugar la batalla de la Vístula. Pero las tropas polacas, dirigidas por el mariscal polaco Jozef Pilsudski, finalmente reducen a una sarta de refugiados el aterrador Ejército Rojo. ¡Hay menos de 200 muertos en el lado polaco!
Esta victoria aparece como un verdadero milagro con consecuencias históricas incalculables: es el avance del bolchevismo hacia el oeste que se detiene al borde del Vístula. Si no, ¿cuán lejos hubiera llegado? Los hechos tuvieron lugar durante las celebraciones de la Asunción de Nuestra Señora y la victoria se atribuye espontáneamente a María.
En Polonia, María es sin lugar a dudas “Nuestra Señora de las Victorias”. Ella preside todos los renacimientos de la nación constantemente amenazada, es la fuerza ante todos los sobresaltos de Polonia. Henryk Sienkiewicz, Premio Nobel de Literatura de Polonia (1905), escribirá: “Nuestra fe y el culto que damos a la Santísima Madre es la base sobre la cual podemos reconstruir todo lo demás”.
El equipo de Marie de Nazarerth