En el siglo XII, los franceses comenzaron a construir las 34 majestuosas catedrales góticas que aún cubren su territorio, aunque en abril de 2019 un incendio impresionante destruyó en parte a una de ellas, la de Nuestra Señora de Paris.
El cronista Robert du Mont nos habla, a propósito de la construcción de la catedral de Chartres1 (Eure-et-Loir, Francia), que comenzó en 1194 y terminó en 1220, del profundo fervor popular que acompañó al trabajo de los constructores:
“Fue en Chartres, Francia, que vimos por primera vez a hombres que tiraban con la fuerza de sus manos carros cargados de piedra, madera, alimentos y todas las provisiones necesarias para el trabajo de la iglesia, cuyas torres estaban construyendo.
Quien no haya visto maravillas parecidas, nunca las volverá a ver, no solo aquí sino en Normandía, en toda Francia y en muchos otros países.
En todas partes estaba presente la humildad, el dolor, el arrepentimiento de las faltas y el olvido de insultos, gemidos y lágrimas. Podemos ver a los hombres, incluso a las mujeres, avanzando de rodillas a través de pantanos fangosos y golpeándose el pecho con fuerza, pidiendo gracias al cielo, todo esto en presencia de muchos milagros que provocan cantos y gritos de alegría”.
1 En 876, el rey Carlos el Calvo, nieto de Carlomagno, dona a la catedral la santa reliquia conocida como “Velo de la Virgen” o “Santa Túnica”. Este acontecimiento hace de Chartres un santuario de primer orden.
El equipo de Marie de Nazareth