«¿Por qué el santuario Notre-Dame de Toda Ayuda, en la ciudad de Prénessaye (Francia) es tan singular? Porque es el único lugar de Bretaña, donde apareció la Virgen María, reconocido por la Iglesia», relata Michel Hinault, miembro desde hace 25 años de la asociación de los Amigos del santuario de Querrien.
Fue Juana Courtel, una pastorcita de 11 años, sordomuda de nacimiento, la que el 15 de agosto de 1652, habría visto a una mujer vestida de blanco pidiéndole una oveja. La niña sería sanada después de esta aparición. «Rápidamente, la Iglesia Católica reconoció oficialmente esta aparición. Y las autoridades diocesanas de la época hicieron construir, en cuatro años, una capilla en Querrien», agrega Michel Hinault.
Convertido en lugar de peregrinación desde hace 350 años, el santuario ha continuado acogiendo a los fieles; entre 70 000 y 90 000 llegan expresamente cada año a Prénessaye.
El mapamundi colocado a la entrada de la capilla permitió a las tres monjas establecidas en el lugar observar que, el año pasado, llegaron visitantes de más de 60 países. El verano alrededor del santuario de Nuestra Señora de Toda Ayuda estará lleno de trabajo para los 300 voluntarios de la Asociación de Amigos del Santuario.
El fin de semana del 15 de agosto está tradicionalmente marcado por una importante ceremonia de reconciliación que atrae cada año a unos 10 000 peregrinos. Este año, estará presidida por Monseñor Philippe Mousset, obispo de Périgueux y Sarlat (Francia). Menos de un mes después, el 9 de septiembre, tendrá lugar una segunda ceremonia de reconciliación, que atraerá al menos un número igual de personas.