En aquella época en Egipto, al gobernador Al-Mu'iz Li-Din Illah (932-975) le interesaban mucho las controversias religiosas. Regularmente reunía a los líderes religiosos de las comunidades musulmanas, cristianas y judías para que debatieran en su presencia.
Un miembro de la comitiva de Al-Mu'iz provocó una controversia entre representantes de las comunidades cristianas y judías. En esa ocasión, sugirió al califa que pusiera a prueba a los cristianos sobre un versículo del Evangelio de san Mateo (17, 20) "Os aseguro que, si vuestra fe fuera como un grano de mostaza, le dirían a aquella montaña que viniera aquí y vendría. Nada les sería imposible".
El califa Al-Mu'iz mandó llamar a Amba Abram, el sirio, y le dijo que probara que las palabras de Cristo eran verdaderas y que la religión cristiana era correcta, moviendo la colina de Mokattam hacia el este, lo que permitiría la extensión de la nueva Ciudad de El Cairo
En caso de negarse o de incapacidad para lograr esta hazaña, la comunidad cristiana tendría que elegir una de las siguientes alternativas: convertirse al islam o abandonar Egipto. El patriarca horrorizado solicitó y obtuvo del Califa un plazo de tres días antes de responderle. Le rogó a Dios que lo inspirara y pidió a los coptos y a toda la Iglesia de Egipto que ayunaran con él durante tres días y que oraran fervientemente para evitar la prueba.
Al tercer día, al amanecer, la Virgen María se le apareció a Amba Abram en un sueño y le dijo: "No temas, fiel pastor, (...) las lágrimas que derramaste en esta iglesia, los ayunos y las oraciones no han sido en vano. Levántate y ve a la verja de hierro que da acceso al mercado, ahí encontrarás a un hombre tuerto (san Samaan, el curtidor, bien conocido por los Coptos de su tiempo) cargando una vasija de agua. Por su medio, se realizará el milagro "(1).
(1) Lee el final de la historia este 19 de noviembre de 2018.
Tomado de La biografía de San Samaan, publicada por La iglesia San Samaan, Mokattam, El Cairo, (en francés).
Extrait d'un article de Mohamed Salmawy paru dans AL-AHRAM Hebdo, Semaine du 8 au 14 mars 2000