Una estatuilla de la Virgen en el corazón del enorme tronco

En el mes de junio de 1609, un barquero de Dinant (Bélgica) compró un enorme roble que media ocho pies de diámetro (2.4 m) para hacer leña. Cuando lo cortaba en pedazos, un carpintero de Foy (pueblo belga) encontró en el corazón del enorme tronco una estatua de la Virgen llevando en sus brazos al Niño Jesús.

La estatua en piedra blanca medía cerca de ocho pulgadas (20 cms.). También encontraron piedrecitas blancas y una trenza de cabello femenino. Tres barras de hierro cerraban una cavidad donde se encontraban estos objetos, probando que anteriormente había ahí un nicho en el cual la Madonna había sido honrada y que la trenza de cabello era un exvoto. Como la estatua estaba en el centro de este enorme árbol se descubrió que había sido puesta ahí dos siglos antes.

Seis semanas después de este descubrimiento el señor del lugar, instaló la estatua en la capilla del castillo. A partir de ese momento se empezaron a realizar prodigios asombrosos y los peregrinos simples devotos de Nuestra Señora, o enfermos de todo tipo acudieron en masa al castillo. A tal punto que el señor, no tenía ninguna libertad en su casa, decidió construir una capilla especial para la estatua de Nuestra Señora de Foy.

Terminada en 1618, esta capilla estaba situada en el lugar donde se encontró la piadosa imagen.

Henry Arthur Scott

Nuestra Señora de Foy, 1904.