Canadá fue nuevamente consagrado a María el 26 de septiembre de 2017, para confiar la nación al Corazón Inmaculado de la Virgen. Canadá ya había sido consagrado a la Inmaculada durante un congreso mariano en 1947. Esa reunión, celebrada en Ottawa, había atraído en esa época varias centenas de millares de pelegrinos, siendo uno de los eventos religiosos más grandes organizados en Norteamérica.
Probablemente había menos fieles en 2017, pero el fervor estaba también presente como en el congreso mariano de 1947. Una misa, presidida por el Cardenal Gerald Lacroix, arzobispo de Quebec y primado de Canadá, el cardenal Marc Ouellet, prefecto de la Congregación para los obispos de Roma y antiguo arzobispo de Quebec y el Cardenal Thomas Collins, arzobispo de Toronto, permitió a la Iglesia canadiense renovar su voto a María, 150 años después de la independencia y 70 años después de la primera Consagracion.
El arzobispo Gerard Petitpas de la diócesis, Grouard-McLennan en el norte de Alberta declaró que había una gran emoción entre los obispos “sobre todo teniendo en cuenta nuestra edad y nuestro tiempo aquí en Canadá” para renovar un llamado a “la Madre de la Santidad para cuidarnos y guiarnos.” El obispo Douglas Crosby, presidente de la Conferencia de obispos católicos de Canadá declaró: “No hay nada más hermoso que la oración de Consagracion a Nuestra Señora.”