El hecho de consagrarnos a María es verdaderamente una manera única y eficaz para vivir nuestra fe personal y eclesial en Cristo. Al confiarnos al cuidado y a la protección maternal de la Virgen María, nos beneficiamos de su intercesión, uniendo nuestros débiles esfuerzos a su potente oración y a su cercanía con Jesús
En Canadá, usted lo sabe, hay un gran número de diócesis, parroquias, escuelas, calles, edificios, grupos, movimientos, institutos de vida consagrada y diversas instituciones que llevan el nombre de la Virgen María.
La humilde Virgen de Nazaret es parte innegable de nuestra herencia cristiana y de nuestra historia religiosa. Al consagrara nuestro país de nuevo a Dios, al consagrarnos nosotros mismos y nuestras familias, imitamos la forma en que Cristo ha elegido para unirse a nosotros y a nuestra humanidad
Con esta consagración de la diócesis de Quebec a la Virgen María, el domingo 2 de julio de 2017, oremos juntos (...) para que nuestro pueblo esté mejor preparado para escuchar el Evangelio que es el Evangelio de Jesucristo. Oremos también para convertirnos en discípulos misioneros deseosos y dispuestos a compartir el tesoro de nuestra fe.
Cardenal Gérald Cyprien Lacroix, arzobispo de Quebec
Homilía del 2 de julio de 2017 en la basílica-catedral NS de Quebec