« Mi experiencia con María comenzó cuando era pequeño. Nací en una familia profundamente católica. Todos los días, después de la cena, la familia (abuelos, tíos, padres, hermanos y hermanas) se reunía para la oración del Rosario y las Letanías de Nuestra Señora. También recibimos la visita de la Virgen Peregrina conocida entre nosotros con el nombre de "Pequeña Capilla de Nuestra Señora" y que recorría hogares como el nuestro.
El ejemplo de mis padres, abuelos, tías y tíos fue esencial para el desarrollo de mi experiencia con María. Pero mi devoción mariana también creció mucho en la comunidad de mi parroquia de San José (São José), donde recibí el bautismo y fui ordenado sacerdote y luego obispo.
Tenía 13 años cuando entré al seminario en el que se vivía una profunda devoción mariana. Fueron los religiosos de la Congregación de San José, fundada por el Padre Murialdo, quienes nos enseñaron a amar a Nuestra Señora. Le debo mucho a María mi vocación religiosa, sacerdotal y episcopal. Debo decir que aquí en Belém (Brasil) la devoción a Nuestra Señora de Nazaret es muy fuerte. »
Monseñor Ireneu Roman, CJS
Obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Belém (Brasil)
Entrevista exclusiva de Thácio Siqueira para Un Minuto con María