A su regreso de Colombia a principios de septiembre de 2017, el papa Francisco oró por la quincuagésima segunda vez (52a ) desde el comienzo de su pontificado ante el icono de la Virgen, Salus Populi Romani, en Roma. Este gesto, el Santo Padre lo repite en cada gran ocasión. Su devoción es tal que no dudó, el 7 de septiembre de 2013, en mover este icono de la Virgen y hacerlo circular entre la multitud durante una vigilia de ayuno y oración por la paz en Siria, en el Medio Oriente y en el mundo entero, en la víspera de la celebración del nacimiento de María, Reina de la Paz.
La decisión del Papa Francisco de visitar a la Madre de Dios y agradecerle antes y después de cada viaje, se debe al hecho de que ve en Ella la fe del pueblo de Dios que a lo largo de los siglos, en todos los momentos de crisis, se ha reunido en torno a María implorando al Cielo un favor; ya que "lo que es imposible para los hombres no lo es para Dios", subrayó el padre Inocencio Gargano, en declaraciones recogidas por Sandro Magister para El Espresso.
Para el Santo Padre, este ícono derrama en los corazones de aquellos que recurren a ella, con sencillez y disponibilidad total hacia Dios, "las gracias con las cuales él mismo fue gratificado", y ello “en proporción a la fe de cada uno. »