En septiembre de 1717, a 180 km de Sao Paulo (Brasil), tres pescadores Domingo García, Felipe Pedroso y Joao Alves, descubren una pequeña estatua de la Inmaculada Concepción en sus redes, con las que posteriormente, pescaron muchos peces. Los pescadores la llaman “Aparecida” (la que apareció y fue encontrada con sorpresa)
En 1726, los habitantes construyeron un oratorio en el que expusieron la estatua a donde iban a recitar el Rosario con sus vecinos y amigos. Gracias y milagros se multiplicaron: la Virgen bendice en forma especial al pueblo brasileño de ese lugar de Aparecida.
En 1832 comienza la construcción de una iglesia de tres naves; los fieles afluyen. El 8 de diciembre de 1888, el arzobispo de Sao Paulo bendice el nuevo santuario. Nace una aglomeración de 3,000 habitantes. El 8 de octubre de 1904 “Nossa Senhora Aparecida” es coronada.
El 26 de julio de 1936, Pio XI declara a Nuestra Señora de Aparecida “patrona principal de Brasil”. El 8 de septiembre de 1954, se coloca la primera piedra de la nueva basílica abierta sobre una plaza que puede acoger 275,000 personas. El santuario, punto de referencia en la Iglesia de Brasil, recibe anualmente 8 millones de peregrinos.
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