En la homilía de la Misa Crismal que celebró en la basílica de San Pedro el 13 de abril de 2017, el Jueves Santo en la mañana, el papa Francisco se dirigió a los sacerdotes:
" Todo lo que Jesús anuncia y también nosotros los sacerdotes, es Anuncio alegre. (...). Y las alegrías del Evangelio deben ser conservadas en odres nuevos. " Y enseguida agregó: " en ese Odre perfecto que es - Ella misma, toda entera- Nuestra Señora, la Virgen María. " Como en Caná "María es odre nuevo de plenitud contagiosa ".
" Pero, queridos, ¡sin la Virgen María no podemos progresar en nuestro sacerdocio!", se exclamó el papa, retirándose un momento de su texto previamente escrito. María es " Nuestra Señora de la prontitud, la que apenas concibe en su seno inmaculado el Verbo de Vida, va a visitar y servir a su prima Isabel.".
Y enseguida aseguró: " su plenitud contagiosa nos permite superar la tentación del miedo: de no poder tener el coraje de llenarnos hasta el borde y más allá, esa pusilanimidad de no ir a comunicar la alegría a los otros."