Durante el 22° Congreso Internacional Mariano y de Mariología que se llevó a cabo en Lourdes en septiembre del 2008, el oficial de la Congregación por la Doctrina de la fe, Monseñor Charles Scicluna, explicó el punto de vista de la Iglesia sobre las apariciones: la Iglesia considera que son “un carisma del Espíritu y como tales un don profético”.
Deben ser evaluadas, pero no guardadas en silencio, sugirió el prelado. “las apariciones marianas deben ser recibidas teniendo presente la revelación definitiva donada por Jesucristo: por consecuencia, no son algo absoluto. No serían necesarias sino solamente complementarias y secundarias para la vida de la fe.”
Las apariciones pueden tener finalidades diversas, misión doctrinal, pastoral, llamado a la penitencia y a la conversión. La aprobación de una aparición es una ayuda para los fieles: puede servir a explicar las verdades profesadas por la Iglesia, o invitar a los cristianos a una vida más perfecta.
La Iglesia debe prestar atención a las apariciones y a la información sobre las apariciones ya que estos fenómenos tienden a suscitar gran movimiento de religiosidad popular de conversión y de milagros.