Los guardias suizos y los gendarmes del Vaticano utilizan sus “nuevas armas”, para servir mejor “una arsenal secreto” que el Secretario de Estado, el Cardenal Pietro Parolín, les entregó el 8 de septiembre del 2016, en ocasión de su Jubileo de la Misericordia.
Esta “entrega” de armas fue el punto culminante del jubileo de las fuerzas armadas del Vaticano, marcado por el paso de Puerta Santa y por una Misa el día de la festividad del Nacimiento de la Virgen María, el 8 de septiembre en la Basílica de San Pedro.
Estas armas nuevas son las armas de Dios, observó el Cardenal: “El pan y el vino de la Eucaristía, algunas palabras de vida, un rosario y el pasaje por una Puerta Santa (…) En apariencia frágiles, estas armas son más fuertes que la astucia humana, mas fuertes que todo obstáculo y están al alcance de todos”.
El Cardenal Parolín les entrego a cada uno un Rosario, recomendándoles de “dirigirse con confianza” a la Virgen María: “El Rosario es una oración simple pero poderosa” y “ya sea que caminemos por un camino polvoriento o que nos quedemos en casa, el rezo del Rosario permite entrar en el corazón de Dios” aseguró.