Según la tradición nacional, durante la fundación de la ciudad de Guanare, el 3 de noviembre de 1591, una de las tribus autóctonas, los Kospes, se introdujo en la selva en dirección de El Tocuyo, entre Portuguesa y Lara. Poco después, el cacique y su mujer cruzan un riachuelo y ven una dama de una belleza extraordinaria que les habla en su dialecto: « Id a la casa de los Blancos y pedidles que os echen agua sobre la cabeza para que podáis ir al cielo.» Poco después, el cacique encontró a Sánchez, un español que se ocupaba de las tierras de Soropo, en la ribera del río Guanare, y le contó la aparición. Juan Sánchez «reconoce» a la Virgen y le pide que lleve su tribu, ocho días más tarde, para darles las enseñanzas necesarias al bautismo. El cacique sería fiel a la cita. El encuentro tuvo lugar en el punto de la confluencia entre los ríos Guanaguanare et Tucupido. Ahí, de acuerdo con las autoridades que lo habían nombrado « encomendero » Sánchez reparte las tierras donde se da la aparición para que cultiven y organice sus campamentos, y al mismo tiempo les prepara para el bautismo. Casi todos lo recibieron, pero no el cacique que añoraba la selva y su independencia. Ahí él ordenaba; aquí, él debía obedecer?