La sorprendente profecía de Setenta septenarios El profeta Daniel precisa de manera sorprendente los tiempos de la venida del Mesías con la profecía de los 70 septenarios. Ese famoso pasaje del capítulo 9 de Daniel comienza así: « Setenta septenarios han sido establecidos para tu pueblo y tu ciudad santa, para interrumpir la perversidad, poner término al pecado, absolver la culpa y traer la justicia eterna, sellar visión y profecía y ungir al Santo entre los Santos. » El nuevo mundo vendrá cuando Cristo haya « sido ungido ». Entonces, terminarán las visiones de los profetas. Todo esto sucederá después de «70 septenarios ». Esta indicación temporal, la única de todo el Antiguo Testamento, jamás suscitó polémicas excesivas entre los intérpretes. Es claro que se trata de septenarios, es decir, de periodos de siete años, y que anuncia la venida del Mesías al cabo de 490 años. Pero, ¿a partir de cuándo se debe comenzar a contarlos? « A partir del nacimiento de una palabra en vista de la reconstrucción de Jerusalén » después del exilio a Babilonia, según el texto bíblico. Algunos calculaban a partir del decreto de Artajerjes, en 458 antes de Cristo, otros a partir de Ciro, en 538, desde la liberación de Israel, algunos en años solares, otros en años lunares. El descubrimiento de los pergaminos, en el 1er siglo antes de nuestra era, encontrados en Qûmran muestran que la comunidad que ahí vivía se preocupaba de los signos de los tiempos y que también se apoyaba en la profecía de los «70 septenarios ». Se había calculado que los tiempos del Mesías debían comenzar en el 26 antes de Cristo y en esa espera se retiraron al desierto. Se dio un pequeño « error » de 20 años en sus cálculos, pero como dice Hugo Schonfield, « hoy vemos hasta qué punto, Jesús podía proclamar al emprender su misión: « El tiempo se ha cumplido y el reino de Dios está cerca » (Mc 1,15).