Según la tradición popular etíope, el imperio de los negus, habría sido ofrecido por Cristo a su Madre como el diezmo del Universo. Y cada abisinio se siente particularmente hijo de María. Así, se dice que tiempo después de la victoria de Adua frente a los italianos en 1896,el negus Menelik, rey de Etiopía, recibió de Italia una carta: «Yo soy una pobre madre italiana cuyo hijo usted tiene prisionero. Emperador, tenga piedad de una desgraciada mujer y devuélvale su hijo. ¡Se lo pido en el nombre de la Santa Virgen! » Apenas terminó la lectura de la carta, cuando Menelik vio venir al soldado en cuestión, y entonces le dijo: «Te devuelvo tu libertad. Pero le dirás a tu madre: no es Menelik quien me ha liberado, sino la Santa Virgen. Porque como ves, María es verdaderamente mi madre, y cuando mi madre dice sí, yo no puedo decir no. ¡Vete y que Nuestra Señora te proteja!»