El 10 de mayo de 1684, en la víspera de la Ascensión, Juan Bautista de la Salle reúne en Reims a doce de sus mejores discípulos y permanece con ellos en retiro hasta el domingo de la Santísima Trinidad. Necesitan deliberar sobre la conveniencia de crear una comunidad. Finalmente, la asamblea se organiza en torno al Fundador el domingo 28 de mayo y todos hacen votos de obediencia. Al día siguiente, después de una larga marcha nocturna, los trece peregrinos llegan al santuario mariano de Liesse, situado a unos cuarenta kilómetros al norte de Reims. Iban hacia Nuestra Señora de Todas las Alegrías a renovar sus votos, a implorar el socorro de la Madre de Dios y a reconocerla como Superiora de su primer Instituto. Fue verdaderamente una peregrinación llena de súplicas y de acción de gracias; los discípulos de Juan Bautista se ponen también bajo la protección de Nuestra Señora, a quien proclaman directora y Reina de sus Escuelas. A partir de ese momento, esa peregrinación de devoción se vuelve una costumbre para el santo hombre; cuando llega a los pies de Nuestra Señora le cuesta marcharse. A veces, después de celebrar la Santa Misa en Su honor, pasaba hasta tres horas frente a Ella en la capilla que más tarde será dedicada a San Juan Bautista de la Salle. En el lado izquierdo de la Basílica un exvoto de mármol recuerda hoy aquella consagración de 1864. Desde entonces, los Hermanos han conservado una tierna devoción por Nuestra Señora de Liesse. En 1902, su primer Superior General, el Hermano Gabriel María, curado por Ella de una grave fluxión del pecho, en testimonio de su reconocimiento hace decorar la capilla y ofrece un vitral que representa la Consagración del Instituto en 1684.