Oh María, sierva del Señor, Reina de la luz y de la paz; Hoy me entrego sin reservas al Espíritu de Jesús Consagrándome a tu Corazón Inmaculado. Conduce mis pasos por el camino Donde pueda seguir a Cristo muy de cerca; Pon en mis labios las palabras Que serán eco del Evangelio; Abre mis manos a la parte de acción y pasión Que me unirá al trabajo del Señor y de su Iglesia, Y ante todo haz crecer en mí Y en todos mis hermanos Este amor puro, este amor fuerte, este amor eterno Que ha hecho de ti la llena de gracias Y que quiere hacer de todos tus hijos Un solo Corazón contigo, Para mayor gloria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. _______ Nota del autor: Esta oración de consagración consta de dos partes, correspondientes a los dos sacramentos complementarios: bautismo y confirmación. Ella pone de relieve la finalidad cristológica de la consagración a María y el papel del Espíritu Santo.