María de la Cruz, una hermana que había recibido los estigmas –a quien había conocido en 1974, en Saint Aignan, oeste de Francia– pidiéndole sus oraciones por el bienestar espiritual de la parroquia de
Señora de l'Osier en 1649 y la de La Salette en 1846, en Isère, y aún más claramente en el Hérault, en Saint-Bauzille-de-la-Sylve en 1873, donde se da un culto a Nuestra Señora del Domingo. En el siglo XIX,