En los Cuadernos de 1943, Jesús se dirige a María Valtorta* así:
«María ha atraído a millones de criaturas con sus dulces armas. Ella evangelizó antes de mí con su silencio reservado y su sonrisa indescriptible. Le bastaba con que aparecieran palabras amargas o impuras para calmarse, para que el rencor cayera y el dolor se calmara. Su mirada purificada, su silencio elevado, su sonrisa instruida. Nazaret permaneció fragante durante mucho tiempo después de su partida. La Iglesia naciente se consolidó en virtud de su silencio y de su sonrisa, más elocuentes que todas las palabras, porque a través de ellas brillaba el rostro de Dios y la verdad de su misión.
Sólo os pido mirar e imitar a mi Madre, que también es vuestra. Crecer en la belleza espiritual hasta asemejarnos a ella, aprender de ella el silencio que habla a Dios y de Dios, y la sonrisa que enseña la fe, la generosidad, la caridad. Mirad siempre a mi dulce Madre para verla con claridad en la hora de la muerte. Quien muere en María posee inmediatamente a Jesús. Contemplad a María y recibiréis mi Paz: no se necesita nada más para ser feliz».
De Jesús según María Valtorta “Cuadernos de 1943” - 8.9.43
*María Valtorta (1897-1961) fue una vidente cristiana que escribió 122 cuadernos, casi 15.000 páginas manuscritas, con descripciones de visiones y revelaciones recibidas principalmente entre 1943 y 1951. Su obra principal es El Poema del Hombre-Dios, publicada en 10 volúmenes en francés bajo el título El Evangelio tal como me fue revelado, cuya publicación fue alentada por el Papa Pío XII ("Publíquenla, quien lea entenderá"). La Iglesia no ha hecho un comunicado oficial sobre el tema, pero los Siervos de María difunden los escritos de María Valtorta, enterrada en una capilla de la Basílica de Florencia.