"Escuché a Dios decirme: "¡Adelante!" (II)

En Lourdes, Kimberley, tocada por la Virgen María, decidió bautizarse, pero sus padres se opusieron. 

Al año siguiente, regresó a Lourdes, donde María vino a arraigar su fe: “Mirando a la Virgen María, sentí una calma total, una ausencia completa de dudas. » Al regresar, nueva petición de bautismo, nueva negativa de sus padres. En su primer año de bachillerato, para Epifanía, tuvo un llamado interior: “En lo profundo de mi corazón, escuché al Señor que me decía: “¡Adelante!”. “Al terminar la Misa, fui a ver al sacerdote para pedirle el bautismo. Mis padres no lo tomaron muy bien pero yo sabía que Dios estaba conmigo. »Unos meses después regresó a Lourdes por tercera vez: «Fue la víspera de mi bautismo. Traje un poco de agua de Lourdes y vertí unas gotas en el agua bautismal ", cuenta ella, todavía conmovida. Era el 10 de junio de 2018.

Desde entonces, Kim, como le gusta que la llamen, ha continuado su camino de fe y ha conocido la duda: “Últimamente he tenido muchas dudas pero nunca he cuestionado ni la existencia ni la presencia de María. Incluso cuando ya no “sentía” a Dios, cuando sentí que atravesaba el desierto, María estaba allí como una columna imposible de derrumbar. María siempre me hace volver a lo fundamental. Ella me lleva constantemente de regreso a Dios».

Kimberley admite fácilmente que María es más que una madre: «Cuando las cosas no van bien, sólo tengo que mirar a María y siento que me toma en sus brazos». Una cercanía que Kim mantiene diariamente con María rezando el Rosario – “Si María nos pide que le recemos a través del rosario, no son 50 preguntas para hacerle, debemos hacerlo” – pero también la Salve Regina: «Cuando la escucho, siempre me brota una pequeña lágrima porque este canto verdaderamente rinde homenaje a la belleza de María.»

www.emmanuel.info