El 17 de febrero, la Iglesia Católica celebra la memoria de los siete santos fundadores de la Orden de los Siervos de María. Esta conmemoración rinde homenaje a la vida y obra de estos siete hombres que dedicaron su existencia a la Virgen María y a Dios, a través de una vida de oración, pobreza y servicio comunitario.
Los siete santos fundadores, Buonfiglio Monaldi, Giovanni di Buonagiunta, Bartolomeo Amidei, Ricovero dei Lippi-Ugguccioni, Geremia Amidei, Benedetto dell'Antella y Alessio de' Falconieri, provenían de familias nobles de Florencia, Italia. En el siglo XIII llevaron una vida laica comprometida con sus comunidades, pero sintieron un profundo llamado a una vida de devoción más intensa.
Según la tradición, en la festividad de la Asunción, la Virgen María se les apareció, invitándolos a dedicarse a una vida de oración y servicio en su honor. Dejaron su vida cómoda para llevar una vida austera y de oración, formando la Orden de los Siervos de María.
Los siete fundadores se establecieron en el Monte Senario, cerca de Florencia, donde llevaron una vida de intensa oración y meditación. Su orden creció rápidamente, atrayendo a muchos discípulos. Se dedicaron a la contemplación de la Pasión de Jesucristo y al honor de la Virgen María, a la vez que servían activamente a los pobres y a los enfermos.
La Orden fue reconocida oficialmente por el Papa en 1304. Se distingue por una profunda espiritualidad mariana, enfatizando la compasión, la misericordia y la presencia maternal de María en la vida de los cristianos.