Todos hemos visto réplicas de la Gruta de Lourdes, el santuario mariano de los Pirineos franceses. En todo el mundo, los santuarios tienen una estatua de la Virgen en lo alto, a menudo sobre una roca, y la estatua de la joven Bernadette Soubirous arrodillada a sus pies. Este no es el caso de Lourdes.
Hay algunas imágenes de Bernardita en la zona, entre ellas, dos al otro lado del río Gave, pero ninguna cerca de la Gruta, donde tuvo lugar la primera aparición el 11 de febrero de 1858.
Fue la propia Bernardita quien así lo quiso. Ella siempre sostuvo que Lourdes y la Gruta estaban dedicadas a la Virgen María y a sus mensajes de oración, penitencia, sanación y renovación.
A menudo decía: "La Virgen me usó como una escoba para quitar el polvo. Cuando se termina el trabajo, la escoba se vuelve a poner detrás de la puerta".
John Arnold, 20 junio de 2024.
Adaptado y traducido de www.echolive.ie