26 de octubre – Beatificación de Bartolo Longo, apóstol del Rosario; Juan Pablo II lo cita cinco veces en su carta apostólica Rosarium Virginis Mariae

María no es el vestíbulo del palacio del Rey Jesús: ¡es el santuario!

© Shutterstock/Renata Sedmakova
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María no es una bella y sublime desviación de la línea recta que debe ser el camino que conduce a las almas al Señor, su meta suprema.

Digo más: si eliminamos a María, no solo no enderezamos la línea, no acortamos la distancia, sino que pasamos por alto a Dios y a su Hijo, alargando el camino, haciéndolo mucho más complicado y peligroso.

Explico mi pensamiento con una comparación: María no es el vestíbulo del palacio del Rey Jesús, ni la antesala que retrasa la audiencia. Ella es el santuario, siempre vivo y al mismo tiempo íntimo, que nos ofrece y da el Corazón de Dios, el Amado, en todo momento y en toda circunstancia.

P. Mateo en Jésus, Roi d’amour (Jesús, Rey de amor), Editions Téqui, París 1980, pág. 398.

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