La cumbre del amor de la creación que vuelve a Dios es la Inmaculada... Y en Ella se produce el milagro de la unión de Dios con la creación.
En cuanto a la esposa, el Padre le confía al Hijo; el Hijo desciende a su seno virginal, convirtiéndose en su Hijo, mientras el Espíritu Santo forma en Ella de manera prodigiosa el cuerpo de Jesús, hace morada en su alma y la llena de manera tan inefable.
Desde el momento en que se realiza esta unión, el Espíritu Santo no concede la gracia, el Padre no hace descender en el alma la vida sobrenatural a través del Hijo y el Espíritu, sino por la Mediadora de todas las gracias, la Inmaculada, con su asentimiento, con su colaboración. Ella recibe todos los tesoros de la gracia en propiedad y los distribuye a quien quiere y en la medida que quiere*.
San Maximiliano Kolbe: Enciclopedia Mariana
* Scritti di Massimiliano Kolbe, a cura del Centro nazionale Milizia dell'Immaculata, Roma 1997, § 1310, p. 2303 (Escritos de Maximiiano Kolbe, editados por el Centro Nacional de la Milicia de la Inmaculada, Roma 1997).