La religiosa dominica, Sor Catalina Aubin, autora de un libro reciente sobre la oración con María y los santos, habla durante una entrevista sobre su relación de fe con la Virgen María:
“Soy profesora de Teología, pero nunca he enseñado Teología Mariana. Sin embargo, el santuario de Lourdes fue decisivo en mi vocación religiosa. Entre los 16 y los 24 años iba allí cada año una semana para ayudar a los peregrinos a bañarse en las piscinas. María, en Lourdes, está muy presente en la vida cotidiana. Estas visitas me consolaron, me tranquilizaron. Me dije a mí misma que la Eucaristía y el Rosario son las dos cosas más importantes del mundo. Pero, una vez en la vida religiosa, mi oración se volvió hacia las tres personas de la Trinidad y la presencia de María se hizo menos sensible.
Enseño en Montreal desde 2020. Tan pronto como me mudé allí, comencé a rezar un avemaría con mis alumnos al inicio de la clase, mientras que en Roma siempre comenzaba con un padrenuestro. ¿Por qué este cambio? Supe que Montreal, en el momento de su fundación, hace 350 años, se llamaba “Villa María”. ¿Una señal? Siento que María me ayuda a juntar las piezas del rompecabezas de mi vida. Ella, nos dicen los evangelios, custodiaba y guardaba lo que vivía en su corazón. Nos invita a ver la relación entre los acontecimientos de nuestra vida diaria para discernir la huella del Espíritu Santo y la palabra de Dios.
P: ¿Por qué este libro sobre el tema “orar con María”?
Sobre todo quería transmitir una experiencia de vida y no un discurso. En Lourdes, cuando se apareció por novena vez a Bernardita, le pidió que fuera a beber del manantial. La joven tuvo que cavar en el barro varias veces para ver brotar agua clara. Esto es un poco lo que yo experimenté mientras escribía este libro: a medida que profundizaba, la presencia de María en mi vida espiritual se iba revelando gradualmente. Siempre había estado ahí, pero al fondo, como si la fuente de Lourdes estuviera escondida bajo tierra.
Orar con María es entrar en un espacio de inteligencia del corazón y de confianza radical, como Ella y con Ella. En las bodas de Caná, Ella es quien le dice a Jesús que los invitados se van a quedar sin vino y le pide que actúe. Tiene una actitud sanamente crítica y de colaboración en la fe y la esperanza, lo que me enseña a ver las necesidades de los demás y a acudir a Jesús».
Extractos de la entrevista con sor Catherine Aubin publicada en el diario La Croix.