4 de marzo – Italia: Nuestra Señora de los Siete Dolores (1603) – Francia: 15ª aparición en Lourdes (1858)

«La María que me llega es humilde y sencilla»

CC0/wikimedia
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La María que a mí me llega es humilde y sencilla. No es la reina del cielo, coronada de estrellas, sino la jovencita pobre a la que el ángel del Señor le pide que sea madre del hijo de Dios. A esta increíble propuesta, ella responde que sí y acepta su destino: «Yo soy la sierva del Señor, hágase en mí según tu palabra».

Dios eligió a María, la modesta, la pura, la única que era digna de portar a su Hijo.

Me gusta meditar en su sorpresa, en su asombro, sobre todo en el día de la Anunciación. El ángel Gabriel no le pide nada más que ser la madre de Dios. ¿Cómo puede ser esto? Madre de Dios... Podemos transmitir la vida corporal a nuestro hijo, legarle nuestra propia humanidad; pero, ¿cómo acoger a Dios, llevarlo dentro de nosotros? Es un misterio increíble, uno de los más bellos del Evangelio, un misterio de amor.

Michael Lonsdale: extracto del prefacio de su libro Belle et douce Marie (“Bella y dulce Maria”), Editions Philippe Rey, París 2017.

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