En muchas ocasiones Jesús habló al joven Marcel Van (1928-1959), seminarista vietnamita que murió mártir en las cárceles comunistas, sobre el reinado de su amor, reinado por el que le pide sus oraciones y sacrificios.
Santa Teresa de Lisieux también exhortaba a menudo a Van (en visiones), pero el 4 de enero de 1946 es la Virgen María quien evoca su reinado ante el “pequeño Van”:
“Como os dijo Jesús al comienzo de la lucha, mis apóstoles aparecerán tan débiles que la gente los creerá incapaces de hacer frente al infierno... (…) Tendré que permitirlo por un tiempo determinado para que, de esa manera mis apóstoles aprendan a ser más humildes...
Sin embargo, hijo mío, cuanto más victorioso haya sido el infierno al principio, más vergonzoso será al final porque ya no seré yo en persona quien aplastará la cabeza de Satanás; sino que me contentaré con dejar que mis hijos hagan ese trabajo por mí. (…) Entonces mi reinado se irá estableciendo poco a poco en el mundo”.
Marcel Van, en Colloques 251. p 254. Cf. Boletín de los Amigos de Van, núm. 61, marzo de 2014. www.amisdevan.org