15 de junio – Etiopía: Festividad de todas las Iglesias en Tierra Santa

María entre los coptos etíopes (I)

© CC0/wikimedia
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Herederos de la teología de san Atanasio y san Cirilo de Alejandría, los coptos siempre han apoyado la maternidad divina de María. Las Theotokies*, el oficio mariano del mes de Kiahk, las homilías y las colecciones de milagros dan fe de ello.

Cuando se habla de María Theotokos, los coptos ven su destino como Madre universal. Ella fue Madre en sentido pleno: Madre de Cristo-hombre, Madre de Cristo-Dios, Madre del Cristo místico, Madre de la Iglesia y Madre de cada fiel.

La virginidad perpetua de María es la principal fuente de inspiración de toda su literatura religiosa. Los atributos más utilizados son: “puerta sellada”, “zarza ardiente”, “tierra fértil”, etc. Para los coptos, el privilegio de la virginidad es también una gloria para María: en la tierra se parece a los ángeles y en el cielo merece una gloria mayor que ellos.

María es “superlativa”: grande por su perfección personal y por la función que desempeña siguiendo a Jesús. Su santidad es don de la Santísima Trinidad, pero también la merece por una vida de sacrificio. María dio su “sí” de forma voluntaria y generosa a lo largo de toda su vida.

Los coptos están profundamente convencidos de la misión mediadora de María y precisan que Ella es intermediaria entre Cristo y las criaturas dignas de la gracia divina. Se ponen bajo su protección las personas, las instituciones y la Iglesia universal. María actúa a favor de los casos desesperados, cura el desaliento, actúa contra las enfermedades y vela en la hora de la muerte.

* Composiciones poéticas en honor de la Madre de Dios.

Enciclopedia Mariana

 

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