La decadencia que existe en el mundo es sin duda consecuencia de la falta de oración. Previendo esta desorientación, la Virgen recomendó con mucha insistencia el rezo del Rosario.
Y como el Rosario es, después de la santa liturgia eucarística, la oración más adecuada para preservar la fe en las almas, el Diablo ha desatado su lucha contra él. Lamentablemente, hoy vemos los desastres que ha causado.
No podemos ni debemos detenernos ni permitir, como dice Nuestro Señor, que los hijos de las tinieblas sean más astutos que los hijos de la luz. El Rosario es el arma más poderosa para defendernos en el campo de batalla.
Extracto de una carta de la hermana Lucía de Fátima a un sacerdote (26 de noviembre de 1970).