Del 9 de mayo de 1967 a 1968, el médico brasileño Sebastián Fausto de Faria, agnóstico, alega haber recibido apariciones y mensajes de la Virgen María. Aquí algunos extractos:
“Soy verdaderamente Myriam, Madre inmaculada de Jesús. Mi título principal es el de la Maternidad Divina, razón de mi propia existencia. Soy la mensajera de la fe y del amor al cristianismo traumatizado por la discordia, en medio de una humanidad amenazada en su espiritualidad. A la Iglesia de mi Hijo, guardiana y primera intérprete de su doctrina, y de la que soy también Madre, dirijo la siguiente exhortación:
• Que, sin renunciar a su esencia y a sus valores fundamentales, continúe con sabiduría y prudencia la adaptación de su acción a los tiempos actuales, para cumplir mejor su misión espiritual, misión sagrada, sobre todo evangelizadora
• Que se restablezca la primacía del culto a Dios y a mi Hijo, y que invoquemos a aquellos cuya vida santa es fuente permanente de virtudes.
• Que respetemos las iglesias y la jerarquía, que acojamos la autoridad de las decisiones episcopales, principalmente la del más grande: Pedro. ¡Cuidémonos de los pirómanos de la fe y de la disciplina dentro de la propia Iglesia!”.
El obispo del lugar concedió el visto bueno a los mensajes del Dr. Fausto de Faria y autorizó la construcción de un santuario.
Mensaje del 12 de julio 1968. Apariciones de Myriam, Madre Inmaculada de Jesús, a Sebastián Fausto de Faria en Natividade (Brasil), en 1968 (culto autorizado).