4 de julio – Nuestra Señora Refugio de los Pecadores

Consolar a Jesús y María, el lema de san Francisco Marto*

© Shutterstotck/Skylines
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Nacido el 11 de junio de 1908 en la aldea de Aljustrel, cerca de Fátima, en Portugal, Francisco Marto fue totalmente transformado por las apariciones del ángel de Portugal, en 1916 y luego por las de Nuestra Señora, en 1917. Cambia en todo y se revela una alma mística y consoladora como pocas veces se encuentran en la historia de la Iglesia.

Muy ocupado en consolar a su Dios, abrumado por la tristeza ante la ingratitud de los hombres, el niño también desarrolla una devoción muy fuerte a la Eucaristía, a pesar de que su sacerdote lo juzgó demasiado joven para recibir la Comunión, incluso si el ángel le dio de beber del cáliz de la Preciosa Sangre, como a su hermana. El ángel le dio la hostia solamente a Lucía, quien hizo su Primera Comunión muy temprano. “Prefiero quedarme en la iglesia consolando a Jesús escondido” será su lema.

El 23 de diciembre de 1918, Francisco y su hermana, debilitados por las privaciones que se impusieron, contrajeron la gripe española. Inmediatamente sabe que va a morir, pero se niega a quitarse el cilicio y soporta sin inmutarse todo su sufrimiento «para consolar a Nuestro Señor, por Jesús, por Nuestra Señora, por los pecadores y por el Papa».

A principios de abril de 1919, después de un trimestre de agonía, al ver que el estado de su hijo empeoraba aún más, la señora Marto llamó al sacerdote para que le administrara los últimos sacramentos. Tan pronto como Francisco recibió la Comunión, cesaron sus sufrimientos. Murió pacíficamente a las diez de la mañana del 4 de abril.

Anne Bernet

Especialista en Historia de la Iglesia, postuladora de una causa de beatificación, periodista en numerosos medios católicos y autora de más de cuarenta libros, en su mayor parte sobre el tema de la santidad.

www.1000raisonsdecroire.com

*Francisco Marto es uno de los tres videntes de Nuestra Señora de Fátima, en Portugal.

 

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