Paco Páez, coordinador general del apostolado de los Caballeros del Rosario, comentó: "Queremos seguir luchando en el ejército de Jesucristo para inspirar a otros hombres a recordar que la vida de la Iglesia no es solo un lugar de encuentros con pensamientos positivos, sino que es una batalla espiritual que representa para nosotros la aventura por la que vale la pena dar la vida. Queremos prepararnos para la abnegación y el sacrificio”.
Segundo Carafi, uno de los organizadores del Rosario de Hombres en Buenos Aires, explicó que "la importancia de este rosario radica en que son precisamente los hombres los que quieren devolver la fe a la vida pública, orando por la recuperación de su propia esencia en un mundo que los critica y ataca”.
Esto demuestra —prosiguió— que "la fe no es solo cosa de mujeres y que el hombre, como cabeza de familia o el sacerdote como tal, está dispuesto a luchar por defender su identidad de hombre, lo que hoy es algo que parece ser materia de discusión”.
"En un mundo donde el hombre no solo es criticado por todas partes, desde el padre de familia hasta el sacerdote, sino también atacado en su esencia masculina, buscando la feminización del hombre y la masculinización de la mujer, rezamos por medio del Rosario de Hombres para que los hombres vuelvan a ser valorados en la sociedad", concluyó.
“El Rosario de Hombres es una respuesta poderosa para decir no al secularismo de nuestro tiempo y lo que se escuchó en la plaza pública es un no rotundo, un enfrentamiento valiente al enemigo”, dijo Carlos Waite a ACI Prensa.
Paco Páez compartió una reflexión final: “Recuerden que un cristiano sin Rosario es como un soldado sin armas”.