Si la Iglesia ha acogido el mensaje de Fátima, es sobre todo porque encierra una verdad y una llamada que, en su contenido fundamental, son la verdad y la llamada del Evangelio mismo: “Arrepiéntanse y crean en el Evangelio” (Mc 1, 15). (…) El mensaje de Fátima, en su significado esencial, es la llamada a la conversión y a la penitencia, como sucede en el Evangelio (…).
Los acontecimientos ocurridos en el continente europeo, particularmente en Europa Central y Oriental, muestran la actualidad de este llamado del Evangelio (…).
El corazón de la Madre de Dios es el de una Madre que cuida no solo a los individuos, sino también a naciones y pueblos enteros. Este corazón está totalmente entregado a la misión salvadora de su Hijo: Cristo, Redentor del mundo, Redentor del hombre (…).
En su mensaje y bendición, Fátima significa conversión a Dios.
Papa Juan Pablo II, homilías de mayo de 1982 y mayo de 1991 (extractos).
En Fatima, la Russie et Jean Paul II (“Fátima, Rusia y Juan Pablo II”), de Timothy Tendal-Robertson, Edit. Téqui, págs.152 y 153.