Entre los rasgos imitables de la prodigiosa santidad de san Juan María Vianney, comúnmente llamado el Cura de Ars (pequeño pueblo de Ain, en Francia), hay uno que parece digno de especial mención: su devoción mariana.
A primera vista esto resulta sorprendente. San Juan María Vianney nos dejó solo tres sermones, una instrucción de sus catequesis y algunos fragmentos de conversaciones que se relacionan directamente con la Santísima Virgen.
Más allá de esta enseñanza, cuyo valor no es despreciable, nos dejó el ejemplo de su vida como sacerdote y párroco, todo ello salpicado de fechas marianas, en las que destaca la influencia materna de María sobre el alma de este santo y la consagración total de su persona y de su obra a Ella.
¿Sería exagerado ver en esta consagración la clave de su santidad personal y de su fecundidad apostólica?
Abad Jacques Pagnoux († 1997): extracto tomado de su libro L'Apôtre de la confiance en Marie (El apóstol de la confianza en María), Ediciones Saint-Paul, París, 1957, pág. 14.
*El padre Jacques Pagnoux sirvió mucho tiempo como sacerdote en el Foyer de Charité en África. Es también autor de Le plus imitable des prêtres, saint Jean-Marie Vianney : patron de tous les curés (El sacerdote más digno de imitación, san Juan María Vianney: patrono de los curas) y de: Marthe Robin, une femme d’espérance pour le XXIe siècle (Marta Robin, una mujer de esperanza para el siglo XXI).