Según palabras del Santo Padre, María es la memoria de la Iglesia. (…) Ella experimentó hechos gozosos, ligados a la pasión y resurrección de su Hijo. Fue su oración.
Si rezas el Rosario, rezas con la oración de María. Eres como la imagen de la Madre de Dios. La imitas en lo que Ella conservó y meditó los misterios del Hijo y de la Madre. Ella es la memoria de la Iglesia, la memoria de cada uno de nosotros, que guarda estos acontecimientos.
Cada uno de estos hechos debe ser algo vivo. Al meditarlos, entras en contacto con estos misterios y se convierten en un canal de la gracia para ti...
Tadeusz Dajczer: En la escuela de la Sagrada Familia , Ed F.-X. de Guibert, págs. 204-205