Del 2 de abril de 1968 al 12 de septiembre de 1970, la Virgen María se apareció entre cientos de niños en Zeitun, un suburbio de El Cairo, capital de Egipto. Todas estas apariciones tuvieron lugar entre las 9:00 p. m. y las 6:00 a. m., sobre la iglesia copta ortodoxa de Santa María.
Durante las apariciones, la Santísima Virgen guarda completo silencio. Tiene una aureola alrededor de su cabeza y a veces una corona. Su rostro, normalmente sonriente, sin embargo ahora parece serio y triste. Parecía deslizarse por el aire, moviéndose por encima de la iglesia, sus vestidos seguían sus movimientos. A veces se inclinaba como para saludar a la multitud. Durante ciertas apariciones, sostenía en sus brazos al Niño Jesús, quien también aparecía con una corona. En una ocasión, María está acompañada por José y Jesús, cuando este tenía unos 12 años.
Hubo cientos de apariciones en Zeitun, siendo más numerosas durante las festividades marianas (la Iglesia Ortodoxa celebra 32 al año). Las apariciones generalmente fueron precedidas por manifestaciones luminosas (globo luminoso, relámpagos silenciosos, estrellas fugaces, lluvia de diamantes, etc.) y duraron desde pocos minutos hasta varias horas. La aparición del 8 de junio de 1968, por ejemplo, se prolongó desde las 9:00 p. m. hasta las 4:30 a. m., sin interrupción. También podían interrumpirse y volver a comenzar el mismo día por la noche. En ocasiones, unas criaturas de una blancura luminosa parecidas a pájaros, flotaban en el aire sin batir las alas y acompañaban a la Santísima Virgen.
Durante el año de 1968, se calcula que el número de peregrinos que todos los días acudía a las apariciones, era de unos 50,000. Su número podría, en determinadas noches, superar las 100,000 personas (con un máximo de 250,000). Las autoridades tuvieron que prohibir el tránsito de automóviles alrededor de la iglesia y desocupar algunos edificios, incluido el garaje dedicado al transporte público situado justo enfrente. La multitud jubilosa aclamó a la Santísima Virgen en cada una de sus apariciones y la invocó con fervor. Los cristianos cantaban himnos en árabe, los musulmanes recitaban versos del Corán y otros oraban en griego. Muchos obtuvieron curaciones milagrosas que fueron confirmadas tanto por el comité médico creado por el Patriarca copto y encabezado por el Dr. Shafik Abdel Malek, como por los médicos musulmanes. Estos hechos llevaron a una renovación de la fe y a conversiones.
Fabrice-Marie Gagnant, miembro del equipo apologético de María de Nazareth