29 de septiembre – Santos arcángeles Gabriel, Miguel y Rafael

«Quiero dar testimonio del poder del Rosario»

iStock/Getty Images Plus/spukkato
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Me gustaría dar testimonio del poder del Rosario en mi vida, durante los últimos meses que lo he estado rezando diariamente.

Cuando rezo el Rosario, a menudo recibo en el mismo día una inspiración del Espíritu Santo sobre una situación difícil que he confiado en mi oración. Así veo cómo las dificultades se deshacen lenta y efectivamente, y veo a Dios actuando a través de mí.

Entiendo que al ponerme a disposición del Rosario, acompañado de María, mi corazón se abre más fácilmente a las inspiraciones del Corazón de Jesús y, por tanto, me hace más disponible a la voluntad de Dios. El Señor me convierte así en sus ojos, oídos, boca, manos y pies para permitirle realizar en mi entorno y en mi propia existencia, los buenos planes que tiene para nuestras respectivas vidas.

Con mi "sí" renovado cada día, le permito servirse de mí, derramar sobre cada uno de nosotros todas sus gracias, esas gracias que tanto necesitamos y que la mayoría de las veces son pequeñas cosas que nos recuerdan simplemente que el Señor está a nuestro lado, que está presente en cada segundo que pasa, y que nos espera al final del camino.

Caminemos con María porque Ella conoce el camino que lleva a Jesús. Seamos también nosotros para nuestros hermanos, los ojos, los oídos, la boca, las manos y los pies de Jesús, para mantener su presencia en nuestras familias y en la vida de todos los que nos rodean.

Que Dios nos mantenga fieles al Rosario por María su Madre y Madre nuestra, para mantenernos disponibles a su santa voluntad.

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