En San Nicolás, Argentina, Gladys Quiroga de Motta, nacida el 1 de julio de 1937, casada con un obrero mecánico y madre de dos hijos, hizo solo estudios elementales y nunca había escrito, ni siquiera una carta.
El 25 de septiembre de 1983, mientras rezaba el Rosario en su habitación, "ve a la Virgen" vestida de azul, llevando en brazos al Niño Jesús. Nuestra Señora no habla, pero le entrega un rosario.
El 7 de octubre, la Virgen le muestra el santuario que desea ver construido en un lugar llamado el Campito, a orillas del río Paraná. Unas semanas más tarde, Gladys y sus vecinos ven que el rosario que cuelga sobre su cama se ilumina de repente. Luego deciden rezar juntos el Rosario todos los días.
Desde el 19 de octubre de 1983, Gladys recibió mensajes de María y reflexiones sobre pasajes de la Biblia para meditar. Por invitación de la Virgen María, practica el ayuno, sin jamás sentir molestia. Incluso pudo tocar a María y sentir el calor de su cuerpo. Dice que durante las apariciones percibe un intenso aroma a rosas.
La Virgen María pide a Gladys que busque una estatua que ha sido bendecida por un Papa y que ha quedado olvidada en una iglesia. Siguiendo instrucciones de María, encuentra la estatua el 27 de noviembre de 1983, en el campanario de la catedral. Era una estatua bendecida por el papa León XIII y se parecía mucho a la aparición que Gladys había visto.
Desde el 15 de noviembre de 1983 al 11 de febrero de 1990, las apariciones y mensajes son diarios, luego cesan.