¿El Evangelio no nos ha contado nada sobre la vida de María?

Me preguntaba por qué los evangelistas, después de hablar extensamente de Juan el Bautista y de los Apóstoles, escribieron tan sumariamente la historia de la Santísima Virgen María, aunque Ella los supera casi infinitamente en excelencia y virtudes.

¿Por qué —me dije— no decirnos nada sobre su nacimiento, su educación, sus costumbres, su vida junto a su Hijo, la forma en que se relacionó con los apóstoles después de la Ascensión del Señor?

Si el Espíritu Santo no la ha descrito en las Sagradas Cartas, si ha dejado que nos hagamos nosotros mismos una imagen de Ella, ha sido para hacernos comprender que nada le falta de la gracia, perfección y gloria que la mente puede concebir en una criatura pura; que más bien supera toda inteligencia y todo pensamiento.

Entonces, después de habernos dicho todo, no había necesidad de escribir las partes, sobre todo porque podríamos haber creído que lo que no estaba escrito, Ella no lo tenía. Si Dios todopoderoso ha adornado tan maravillosamente con dones y virtudes a los ministros y sirvientes de su casa, ¿qué ha hecho, les pregunto, por su Madre, por esta esposa única, escogida entre todas, amada más que todas?

Finalmente, todo lo que quieras saber sobre Nuestra Señora, lo encontrarás en estas breves palabras: “De quien nació Jesús”. Esta es su historia, una historia muy larga y rica.

Santo Tomás de Villanueva (1488-1555)